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Dejamos de comer para que nos escuchen

Conocí a Cipriano Ríos Alegría en el 2014. Él estaba en detención y participando en una huelga de hambre en el Centro de Detención del Noroeste en Tacoma, Washington – el NWDC por sus siglas en inglés. Es unos de los centros de detención más grandes de la costa oeste de los EEUU. He vigilado la actividad del NWDC desde que abrió en el 2004, pero no fui al centro de detención hasta febrero del 2014. Ese mes, junto con otras, organicé y participé en una acción de desobediencia civil para poner un alto a las deportaciones en el NWDC. Menos de un mes después, conocí a Cipriano.

Él y 1200 otras personas detenidas en el NWDC organizaron una huelga de hambre para llamar atención a las condiciones inhumanas que las personas allí sufren diariamente. Su familia se puso en contacto con nosotros, y también los medios de comunicación locales. Cuando finalmente nos conectamos directamente con él, me dijo: “¿Tu eres la que bloqueo los autobuses? Necesitamos tu ayuda.”

Trabaje con Cipriano un año; durante todo ese tiempo, él estaba detenido. Lo fui a visitar el fin de semana antes de que lo deportaran. Él me dijo que estaba cansado de estar detenido, pero nosotrxs lxs que estábamos afuera nunca deberíamos de dejar de luchar—cansarnos, sí, pero nunca dejar de luchar hasta que el NWDC esté cerrado y ninguna persona más es detenida o deportada en este estado.

Desde que deportaron a Cipriano a México, nuestro trabajo no ha parado. Aprendí de él, uno de los mejores organizadores a nivel comunitario, que cuando uno se cansa, se busca más apoyo, se descansa, y luego se sigue adelante.  Aprendí de él cómo conocer el sistema desde adentro, y más importante que nada, que las personas siempre estarán resistiendo, no importa que tan cansados estén.

Desde esa primera huelga de hambre, que fue la más grande en la historia de los centros de detención en los EEUU, se han organizado más huelgas de hambre—más de una docena desde el 2014. Durante este año hemos visto tres más. Mientras escribo esto, lxs detenidxs en el NWDC ya llevan tres semanas con su ronda más reciente de huelgas de hambre y resistencia.

Usualmente, la primera demanda de lxs huelguistas de hambre tiene que ver con la calidad de la comida. La comida es el sustento básico de los humanos. ¿Entonces por qué participar en una huelga de hambre? Bueno, lxs huelguistas de hambre en el NWDC me han dicho que dejar de comer no es tan difícil cuando la calidad de la comida es tan pésima. “Ni siquiera los perros se comerían esta comida,” un huelguista me dijo una vez. Aún más importante, cuando uno está en detención es muy difícil organizarse o ser escuchadx. Empezar una huelga de hambre es una acción fuerte; Cipriano diría, “dejamos de comer para que nos escuchen.”

Las demandas de los huelguistas se dividen en dos categorías: las condiciones de detención y el sistema de inmigración. Las dos categorías están entrelazadas. El sistema de inmigración crea un mar de personas no-ciudadanas, tanto documentadas como indocumentadas. Junto con el sistema criminal, el sistema de inmigración criminaliza nuestra presencia y forma la justificación para nuestro estatus, o falta de estatus, y así poder empezar el proceso de deportación. Agrega a esto el acto de detención. El sistema de detención en los EEUU obtiene ganancias económicas directas del encarcelamiento civil de los cuerpos humanos negros y morenos.

Lo siguiente es un resumen de las demandas que hemos recibido desde el 2014 hasta hoy: mejor comida, precios más bajos en la comisaria, ropa limpia, ropa de cama nueva, visitas de contacto físico, salario mínimo para trabajo realizado, fianzas más bajas, juicios sin demora y un alto a las transferencias a otros centros donde lxs detenidxs quedan lejos de su abogadx y no tienen acceso a una biblioteca legal. Lxs huelguistas han exigido que las personas que ya están bajo orden de deportación sean deportadas rápidamente, sin tener que esperar meses. Ellxs exigen un fin a la separación de familias en la frontera y en el interior del país, y libertad: primero, a las personas con condiciones médicas, y después, a lxs padres/madres con hijxs pequeñxs. Por último, exigen que el centro de detención se cierre y que haya un alto a todas las detenciones y deportaciones.

Cada lista de demandas que recibimos de los huelguistas de hambre es un mapa con instrucciones claras para poner un alto al centro de detención.  Primero, mejores condiciones y tratamiento humano; segundo, un alto al abuso económico del trabajo de esclavos cautivos; después, un proceso justo para que las personas tengan oportunidad de quedarse en este país con sus familias; y finalmente, poner en libertad a las personas en un orden determinado por la urgencia de su salud y las condiciones de su familia.

Aquellos que han intentado negar la comida por una semana o más dicen que lo más difícil de una huelga de hambre es estar solx. Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y Grupo Geo, la corporación que es dueño y maneja el centro de detenciones, usa esto contra las personas detenidas que tratan de organizarse en defensa de los derechos humanos. Las represalias son crueles y rápidas. Anteriormente, ICE esperaba tres días antes de mover a las personas en huelga de hambre a aislamiento médico. Este año hemos visto que los guardias mueven a las personas a aislamiento, o “el hoyo” como lo conocen las personas detenidas, el mismo día que empiezan la huelga. Supimos de un caso en el cual tres personas fueron golpeadas por un guardia el primer día que negaron la comida, simplemente por unirse a la huelga.

Las represalias también incluyen transferencias a otros centros de detención fuera del estado y la negación de visitas de familia y abogadxs y del uso de teléfonos, tabletas, y la comisaria. Se ve que esta vez, ICE y Geo están repitiendo el mismo comportamiento que vimos en el 2014. Están moviendo a las personas a aislamiento solamente por unirse a la huelga de hambre, llamándolo “disturbio” e “instigando una manifestación de grupo.” Una de las peores represalias es la amenaza cruel de alimentación forzada; esto es tortura para cualquier persona que ha decidido dejar de comer en defensa de la justicia.

Al parecer, los guardias de Geo y los oficiales de ICE disfrutan describir en detalle la experiencia que sufrirán las personas si son alimentadas a fuerza. En esta ronda más reciente de huelgas, los oficiales han informado a las huelguistas de hambre que están preparados para presentar una orden judicial para poder empezar el proceso de alimentación forzada.

Nuestro trabajo no es solo el exponer las violaciones de los derechos humanos, la tortura psicológica y el tratamiento inhumano, pero también el fomentar presión política y pública. Nos enfrentamos con esta amenaza en el 2014 y ahora lo enfrentamos de nuevo. Dependemos del apoyo legal para recordarles a ICE que ellos no pueden obtener una orden de un juez sin primero obtener una de la Autoridad Médica Clínica (Clinical Medical Authority) diciendo que “la vida o salud del detenido está a riesgo.”

Sobre todo, nuestro trabajo es asegurar que las voces de lxs detenidxs se escuchen mediante su negación de la comida. Sabemos que el estar presente y disponible afuera del NWDC es fundamental a su lucha. Aunque no siempre pueden ver nuestras manifestaciones de apoyo, a veces han podido oír nuestras consignas. Nos creen cuando les decimos que no están solxs. Nos creen porque seguimos aquí por de más de cuatro años, contestando las llamadas desde adentro, escuchando sus historias que te destrozan el corazón. Estamos afuera del centro de detenciones en invierno, primavera, verano y otoño. Hablamos con las familias, familias como las nuestras que buscan a alguien que escuche y ofrezca una mano sin pedir nada a cambio. Nos creen porque entendemos el miedo y la opresión que enfrentan nuestras comunidades todos los días; entendemos que se ha declarado una guerra contra nosotrxs.

Hay una cosa que tenemos que no tienen los demás, hemos perdido nuestro miedo. Estamos listos para luchar para toxos, hombro a hombro, juntos con todas las personas detenidas, no enfrente de ellxs.

Como diría Cipriano, “¿Qué más nos van a hacer? ¿Deportarnos? ¿No estamos ya en proceso de deportación? ¿Qué más nos pueden quitar? No tiene suficientes hoyos aquí para todos nosotros.”

Para lxs que estamos afuera, no hay hoyos— ¿Entonces, que esperas?

Maru Mora Villalpando es una organizadora comunitaria sin documentos con Resistencia al NWDC, un grupo voluntario trabajando a nivel comunitario para poner un alto a las detenciones y deportaciones en el estado de Washington y cerrar el Centro de Detención del Noroeste en Tacoma.  Maru es una madre soltera criando una estudiante de universidad pensadora, crítica, y madura quien la ha acompañado en varias acciones directas. Ella ha sido amenazada por ICE y puesta en proceso de deportación debido a su trabajo. www.nwdcresistance.org@nwdcresistance

[Nota: el autor ha usado intencionalmente la letra “x” en algunas palabras.]

 

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