Revisar el código fiscal y garantizar el cuidado infantil gratis para la clase trabajadora, mujeres pobres y inmigrantes
Sin el cuidado estable de niños, se crea una situación en la donde las familias, las comunidades y la nación van a salir perdiendo. Una falta de inversión social en el cuidado infantil y en la educación inicial y primaria limite el éxito futuro de los niños y las oportunidades actuales para las madres. La epidemia de Coronavirus ha dramáticamente cambiado cómo se ve el cuidado de niños en el estado de Washington, pero ofrece igualmente una pista para reparar un sistema empeorando continuamente.
Child Care Aware Washington, una agencia que hace recomendaciones para familias, dice que ya el COVID-19 ha contribuido al cierre de 1,303 programas para cuidar a los niños. Es una catástrofe para familias y pequeñas empresas. Las guardarías todavía abiertas tienen que luchar para llegar al fin del mes mientras asistiendo a los niños en un lugar modificado.
Para aliviar la situación, el gobernador Inslee ha reducido varios requisitos para las cuidadoras autorizadas, tal como requerir la revisión de antecedentes por el sistema federal de huellas digitales para obtener licencia.
El consejo del condado de King invierte 2.2 millones de dólares para ofrecer el cuidado de niños sin costo para familias calificadas de trabajadores esenciales – médicos, enfermeras y todo tipos de personal como de apoyo, de servicios de emergencia, de cuidado de niños, y incluye gente que trabaja en mercados, en farmacias y con el transporte público.
La ciudad de Seattle ha puesto aparte un millón de dólares destinado al cuidado de niños para más que 700 trabajadores en servicios de emergencia y en supermercados.
Una primera etapa insuficiente para aminorar la falta de cuidado
Después de los primeros pasos, aunque son importantes, todavía no hay suficiente apoyo. Estas medidas sólo aplican a los niños de edades escolar o prescolar. ¿Sin cuidado infantil, qué pasará para trabajadoras de transporte, taxistas, conductores, o repartidores por aplicaciones digitales tal como Instacart?
Los funcionarios estatales insisten a las trabajadoras non consideradas “esenciales” sobre la necesidad de guardar hijos en la casa. A las madres despedidas y a ellas que trabajan a distancia, les parece como la opción la más segura. ¿Pero qué hay de problemática aquí? Se asume que las mujeres tendrán una manera de dar su labor esencial, sin compensación como siempre. Además de ganar 79% el salario de los hombres, ellas tienen que cocinar, hacer compras de familia, limpiar, y cuidar a toda la familia durante una enfermedad.
Su precariedad laboral las echó a las madres que no tienen opción para sus niños. Mi organización, Radical Women, tiene como meta el cuidado de niños, de maneras razonables y de calidad. Les permitiría a las mujeres de tener vidas ventajosas. No se puede salir de situaciones violentas y abusivas si hay que quedarse en la casa, cuidando a los niños, sin la posibilidad de la independencia económica.
El cuidado de niños, un problema de clase
Más que 60% de las mujeres pobres o de la clase obrera trabajan afuera de la casa. Hay muchos sindicatos con mujeres como mayoría de su membresía. Deben exigir solamente contratos con garantía de cuidado para niños. Antes de que COVID-19 destruyó la economía, la precariedad de servicios para niños era una dificultad cotidiana de familias. Muchas cuidadoras son gente de color o inmigrantes, y 97% son mujeres. Las labores “femeninas” siempre están subvaloradas con salarios muy bajos.
Todavía, hay esperanza en la oportunidad presentada por esta crisis. Podemos realizar una situación mejor en aprendiendo del espíritu militante de luchas anteriores.
Luchar para el cuidado infantil era gran parte de la segunda onda feminista. En Seattle, Radical Women ayudaron en la toma de un laboratorio de física, a la Universidad de Washington, que se convirtió en una guardería. Cuando la administración universitaria las expulsó a las mujeres, la mudaron al auditorio de Radical Women. Luego, las feministas crearon una coalición entre la comunidad y la población estudiantil que luchó para un cuidado de niños financiado por la universidad. Por esta alianza y sus tácticas de sentadas, piquetes, y negociaciones, se ganó dinero para construir una guardería cerca del campus.
Exigir reformas fiscales y otras maneras para proteger niños y cuidadoras
Básicamente, se necesita un programa de cuidado infantil de 24 horas que está financiado por el público y disponible para todas familias. El estado de Washington tiene que reformar su código fiscal regresiva para que los ricos y las corporaciones paguen lo que deben. En el sistema actual, la clase obrera y los pobres pierden demasiado. En Washington, solamente 20% de la gente recibe casi 60% de las pagas laborales y de las ganancias de capital. En 2018, el Institute on Taxation and Economic Policy encontró un pago de 17.8% del ingreso por parte del bajo 20% de salarios. Compara esto a los Washingtonianos más ricos que pagan solamente 3%. ¡Se ve claramente el problema!
Ahora es el momento perfecto para luchar a cambiar la constitución estatal para que permita impuestos sobre el patrimonio – así como hacen muchos otros estados.
Las grandes empresas deben proveer servicios de cuidado. Para aliviar la carga de madres-cuidadoras, el estado podría considerar 30 horas de trabajo para 40 horas de salario.
En Washington, durante la emergencia, hay que extender los programas estatales destinados al cuidado de niños de todas edades, sin exclusión de personas con capacidades diferentes o que tienen experiencias del abuso. Hay que abrirlos a todos tipos de trabajadores y garantizar financiamiento para alimentación de familias. ¡Nada más de reformas fragmentadas y graduales, con sus calificaciones variadas! Se debe contratar a programas estatales cuidadoras despedidas para proveer una personal organizada y calificada. Según un reporte de Child Care Aware, menos que 1.1% de los presupuestos estatales están destinados a la educación inicial o al cuidado infantil. Con impuestos nuevos a la riqueza, se encontrará bastantes fondos.
Las trabajadoras de guardería tienen un riesgo elevado de infección. Necesitan precauciones sanitarias al corriente de la ciencia y con consejo de las empleas ellas mismas. Incluye bastantes artículos para limpiar, el equipo de protección personal, el espacio necesario para bien dispersar a los niños y suficiente personal para mantener una buena proporción cuidadoras-niños. En tanto de protecciones, sindicalizarse les da a las obreras una voz más fuerte para negociar.
Las pequeñas empresas de guardería necesitan más financiamiento. Ahora y para siempre, el estado debe compensación y apoyo social a las familias que cuidan hijos en hogar sin beneficio.
En Washington, se puede reformar el sistema estatal de cuidado infantil. Primero, pongamos presión sobre el gobernador Inslee y los legislativos del estado para que incluyan en el código fiscal fondos para cuidar a los niños y para proveer los servicios sociales necesarias.
Los cambios inmensos, producidos en tiempos de crisis, son fundamentales en el futuro de niños, familias, y trabajadores.
Gina Petry es una trabajadora social, una organizadora de Radical Women, antiguo emplea de Child Care Resources, y coordinadora de la campaña para cuidado infantil de Sisters Organize for Survival. En la red, la versión electrónica de este articulo tiene enlaces para más información.
Translated by Carl Eugene Stroud
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