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Dios como Republicano

El Pensamiento Teocrático en la Conectados con la divinidad

Reclamar que uno tiene a Dios de su lado puede ser filosóficamente problemático, sobre todo porque sin evidencia lógica, se invoca que fuerza imaginaria con poderes extraordinarios  y una superioridad moral inexplicable, es su aliado y justificador de sus acciones sin que estas puedan ser sometidas a un serio escrutinio social.  Como político postularse para un cargo en una nación que, de acuerdo con los resultados de  de la Asociación de Estadísticos de los órganos religiosos estadounidenses para 2010, tiene más de trescientos cincuenta por mil congregaciones religiosas, con un total estimado de más de ciento cincuenta millones de adherentes, afirmar que Dios está de SU lado puede constituir más un acto de cálculo político que un acto de fe. Este tipo de maniobra política no es nueva en la historia de la humanidad; más bien, es probablemente tan antigua como oportunismo político entre los seres humanos.

En la búsqueda por el poder político, los gobernantes de antiguas civilizaciones, así como líderes políticos contemporáneos han, en innumerables ocasiones, creado una conexión con Dios simplemente afirmando que existe tal conexión. Los senadores Marco Rubio y Ted Cruz pertenecen a esta categoría de políticos evangélicos, o al menos así lo dicen en sus intervenciones. Para sorpresa de muchos, resulta que Dios en los EE.UU. es  Republicano.

La crucifixión temprana de Marco Rubio

El principio de la separación entre Iglesia y Estado constituye uno de los principios rectores de la democracia política occidental. Esta separación entre la fe y la política también es requerida por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que permite a todos los ciudadanos la libertad de practicar la religión de su elección, pero también se impide al gobierno de favorecer a ninguna religión en particular. La violación de este principio constituye el principal error de los políticos teocráticos.

El uso de la fe para sacar provecho político no es nuevo en la carrera política de Rubio; su pasión por ‘Dios y país’ es  sólo es eclipsada por su contorsionismo religioso:  nacido católico, más tarde se convirtió al mormonismo mientras vivía en Nevada durante tres años, y luego, después de regresar a la Florida, se confirmó y se casó en la iglesia católica, pero también al mismo tiempo asistía durante años a una iglesia Bautista , y actualmente divide su tiempo entre estas dos últimas. También ha sido muy diligente en la inserción de sus creencias religiosas en la campaña. Después de que la portada de la revista Time lo presentó como “el salvador republicano ‘, afirmó:” Voy a dejar en claro una cosa: sólo hay un salvador y no soy yo. Es Jesucristo, que vino a la tierra y murió por nuestros pecados “. La arrogancia cristiana implícita en esta declaración es clara y además ofensiva para aquellos de diferente fe religiosa. También es completamente contraria a los principios de la Primera Enmienda, por no hablar de la cuestionable lógica de encontrar motivos de elogio para alguien que -Jesús en este caso- es enviado a morir (Irónicamente por su propio Padre) por los pecados indeterminados cometidos por generaciones de personas anteriores y futuras de todas las edades, incluyendo niños inocentes.

Durante su discurso para anunciar su abandono de la campaña presidencial como resultado de su temprana crucifixión electoral en las primarias de Florida, Rubio, una vez más logró insertar la supuesta voluntad de Dios en  acontecimientos políticos diciendo: “No esta en el plan de Dios que yo sea presidente en 2016 o puede que nunca lo este “. La introducción de la religión en el ámbito de la política no sólo trae prácticas excluyentes y antidemocráticas en la sociedad, sino que también nos lleva a contradicciones insolubles y defectuoso pensamiento. Está  Dios, como construcción social, ocupado realmente planeando quién va a ganar las elecciones en Estados Unidos?  No tienen acaso las acciones humanas nada que ver con los resultados políticos? Está toda la vida social realmente planeada de antemano por una criatura que históricamente parece haber utilizado muy poco tiempo para planificar la forma de eliminar las injusticias sociales o desigualdades económicas, a menos que, por supuesto, esta son parte de su plan? Más revelador aun, a través de la historia, quienes han sido los principales beneficiarios de esta planificación social por parte  de este  Dios?

 

Cruz y el evangelismo karaoke

Ted Cruz es quizás el candidato con el mensaje evangélico más vociferante en el campaña electoral. No fue casual que el lanzamiento de su campaña presidencial fue anunciado en Liberty University en Virginia, una institución académica fundada por el evangelista Jerry Falwell que, según el Guardian (Marzo 23,2015), se auto-proclama como un “campo de entrenamiento para los Campeones de Cristo “y la “ Universidad cristiana mas grande en el mundo “.  Cruz salpicó su discurso inicial con repeticiones constantes en su ya notorio estilo de sermón-karaoke diciendo muchas veces: “nuestros derechos no provienen de hombre; vienen de Dios todopoderoso “. En el mismo evento Cruz también cortejó abiertamente a la derecha cristiana diciendo: “Hoy en día, aproximadamente la mitad de los cristianos nacidos de nuevo no están votando. Ellos se quedan en casa […] Imagínese si lugar de esto millones de personas de fe fueran a las urnas a votar por nuestros valores “.

Para Cruz, “votar nuestros valores” significa claramente la unificación de la fe cristiana conservadora con las políticas publicas de gobierno, como se ejemplifica en su mensaje a los pastores de América titulado “Estar con Dios es estar en el lado correcto de la historia”. Una vez más, como hemos visto ya con su colega Rubio, con Cruz, asistimos a la clara intención de conservadurismo cristiano de eliminar la separación entre la iglesia y estado, prácticamente ignorando el mandato de la Primera Enmienda que separa la política y la cultura de la fe de la religión. En Cruz se percibe el mal disimulado deseo de imponer los valores del  evangelismo cristiano conservador sobre el resto de la sociedad civil.

Pero mientras que el evangelismo político ha estado ocupado llevando a cabo su proselitismo teocrático con la esperanza de aglutinar la mayor parte de la población estadounidense en torno a sus valores, su campaña muestra resultados mediocres y una horrible mala interpretación de la cultura americana contemporánea, que a pesar de todos sus desigualdades estructurales y sociales, es una sociedad de pluralismo religioso con una población que no quiere hacerse eco  automático los valores cristianos conservadores de derecha. En efecto, no todas las trescientos cincuenta mil congregaciones mencionadas anteriormente son evangélicas, monoteístas y conservadoras. Entre ellas encontramos no sólo congregaciones que si bien son cristianas no  son ni conservadoras ni evangélicas, pero también congregaciones  basadas en la fe musulmana, el budismo, el hinduismo, el judaísmo,  religiones nativo americanas y, congregaciones afro-caribeñas sólo por mencionar algunas.

Igualmente importante, en términos de la pluralidad que caracteriza a los EE.UU., es el percatarse de la duplicación del número de ateos en el país en los últimos años, los cuales de acuerdo con el Pew Research Center, tienden a distanciarse del Partido Republicano. En un informe de 2014, el mismo centro señala que el 22,8% de la población en EE.UU. no tiene afiliación religiosa, de estos los ateos ocupan  un 3,1% de la población, y los agnósticos conforman el 4% de la población norteamericana. La Encuesta Social General de 2014 informó que el 21% de americanos no tenía religión con un 3% integrado por ateos y un 5% por agnósticos.

Para insistir nuevamente, si decimos que, al igual que Cruz, que tenemos a Dios de nuestro lado o que colocarnos al lado de Dios significa estar en el lado correcto de la historia, la declaración se convierte en antidemocrática, excluyente, y contradictoria. De cual Dios está hablando? Sólo del Dios de los cristianos? ¿Cómo es que este Dios tiene más valor que otros dioses? ¿Quién determina lo que constituye el lado correcto de la historia? ¿Cómo podemos medir el desempeño político de este Dios y de su auto-asignados candidatos divinos, sin tener en cuenta las condiciones sociales en las que viven los seres humanos? ¿Cuál es la evidencia de la conexión de Ted Cruz con esta entidad llamada Dios? ¿O es que Cruz  crea esta conexión simplemente diciendo que tal conexión existe ?

Mas vale alejarnos de la máquina karaoke del evangelismo cristiano antidemocrático y acercarnos al camino de la razón y la justicia social.

Enrique Quintero, un activista político en América Latina durante la década de los 70, enseñó ESL y adquisición de segundas lenguas en el Distrito Escolar de Anchorage, y español en la Universidad de Alaska Anchorage. Actualmente vive y escribe en Olympia.

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